Obesidad y Alzheimer
Es conocido que padecer obesidad en edades medias de la vida supone un factor de riesgo para desarrollar enfermedad de Alzheimer, pero los resultados son contradictorios cuando se trata de personas de edad avanzada. Nuestro reciente trabajo explicaría el porqué de la diversidad de resultados que hay en este sentido.
Este estudio es fruto de la colaboración entre el equipo de Neuroimagen de la Unidad de Memoria de Sant Pau y la Unidad de Obesidad del Hospital Clínic de Barcelona. Sus resultados se suman a los de colaboraciones previas entre ambos grupos y se han publicado en la sección de envejecimiento de la revista Oncotarget con el título: “Obesity and Alzheimer’s disease, does the obesity paradox really exist? A magnetic resonance imaging study”.
En qué consiste el estudio
Analizamos datos biométricos (peso, talla, índice de masa corporal) y de neuroimagen (resonancia magenética estructural) de 162 participantes del estudio ADNI americano con edad avanzada y funciones cognitivas normales. Medimos la relación entre las variables biométricas y el grosor cortical al inicio del estudio y a lo largo del seguimiento.
Resultados principales
Los participantes que habían presentado una pérdida de peso involuntaria durante el seguimiento presentaron mayor atrofia cerebral de manera proporcional a su índice de masa corporal. En las personas sin una pérdida de peso significativa, esta relación era inversa. Concretamente, los resultados muestran una interacción entre el índice de masa corporal y la pérdida de peso que se refleja en extensas áreas de la estructura cerebral, también en las regiones característicamente afectadas en la enfermedad de Alzheimer.
Relevancia del estudio
Los resultados indican que la obesidad se asocia a un mayor riesgo de desarrollar las alteraciones estructurales cerebrales características de la enfermedad de Alzheimer solamente cuando existe una pérdida de peso involuntaria, pero no cuando no la hay.
Estos resultados ayudan a comprender la disparidad de resultados de estudios previos y aclaran que la pérdida de peso actúa como factor confusor en la relación entre obesidad y el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer en edades avanzadas.